
Características
A continuación se presentan las características que un equipo de alto desempeño posee. No debe tratarse esto como una ley, sino como ciertas condiciones que aportan a equipos bien consolidados y preparados para cumplir ante las más altas exigencias.
Un tema muy importante es que uno no puede "crear"equipos de alto desempeño, pero si puede generar las condiciones para que dichos equipos surjan. Los criterios que siguen pueden ser una guía para generar dichas condiciones, como también serán las competencias planteadas en el capítulo 3.
1. Objetivos compartidos y construidos grupalmente
A. Metas: El grupo ha de tener metas claramente establecidas, como también un buen sistema de compensación respecto a éstas. Es importante que los miembros sientan estas metas como propias y a la vez grupales, es decir que si bien son parte de los objetivos colectivos, cada miembro está identificado personalmente con esa meta.
B. Tareas: Los miembros han de tener plena conciencia de que las tareas no son lo que constituyen al grupo, que si bien son parte importante, son tareas que se desarrollan por un fin. Un Equipo de alto desempeño no debe perder "el norte" de lo que hace y de porqué lo hace.
C. Compromiso con las metas: Un equipo de alto desempeño ha de estar comprometido a fondo con las metas que debe cumplir, con un enfoque más allá de cumplir "aquello que se pide de ellos".
D. Objetivos realistas: Para establecer los objetivos, deben plantearse de manera realista, de acuerdo a las posibilidades reales de éxito, para hacer de las recompensas algo cercano, y evitar la frustración de objetivos sin cumplir a pesar de grandes esfuerzos.
E. Lo colectivo está primero: En un equipo de alto desempeño la energía se aprovecha, por lo que los objetivos grupales están primero, y el egoísmo y los intereses personales se ponen de lado. Recordemos esto en un entorno saludable, que son reconocidas las diferencias y dificultades de los miembros del equipo.
F. Responsabilidades claras: Que los miembros conozcan sus objetivos y como se relacionan con aquellos que son grupales.
2. Un buen ambiente para trabajar
A. Confianza y colaboración: Saber que podemos contar con lo que nuestros compañeros dicen es clave.
Así mismo, conocer las competencias que cada uno tiene, confiar en ellas y saber cuando son necesarias es clave para enfrentar tareas complejas en grupo.
B. Actitud positiva: Una actitud abierta al cambio, enfocada en aprovechar los elementos del entorno.
Es vital ser conciente de las propias limitaciones, como también de las fortalezas, confiar y saber pedir ayuda cuando ésta es necesaria.
C. Apoyar y escuchar: Es clave en la comunicación saber escuchar al otro, antes de esperar el propio turno para hablar. Si sabemos escuchar a los otros, estaremos enfocándonos en intereses, dificultades y vivencias grupales y no solo en lo individual. A la vez, tener la disposición a actuar sobre lo que uno escucha, apoyando a los miembros se vuelve fundamental.
D. Disposición al desarrollo: los miembros de un equipo de alto desempeño tienen un enfoque en el futuro, en desarrollar las capacidades, permitiendo que las ideas fluyan, sin criticarlas antes de que puedan ser probadas y discutidas en los grupos.
E. Espíritu de equipo: Los miembros deben sentirse parte de un equipo, comprometidos con los objetivos comunes y en un ambiente como hemos descrito. La gran clave para esto es el tiempo, darse tiempo para conocerse, y permitir que se establezcan las confianzas necesarias.
3. Un enfoque en la resolución de los conflictos
A. Respetar las diferencias: Todos somos afortunadamente seres únicos e irrepetibles. Cada uno posee sus distintivas competencias y habilidades, como también tiene sus defectos y dificultades. Saber reconocer y respetar esto en los otros es muy importante si queremos crear relaciones sólidas dentro de un grupo.
B. Enfrentar los conflictos abierta y sinceramente: Comunicar oportunamente las dificultades y conflictos que surgen. En ese momento, trabajar sobre estos de manera abierta y sincera, lo que solo es posible sobre un clima de respeto y confianza.
4. Jamás detener la formación, el aprendizaje y el desarrollo
A. Siempre revisar lo que estamos haciendo: Las rutinas pueden volverse fatales para un equipo de alto desempeño. "Dar por sentado" alguna manera de hacer las cosas nos impide darnos cuenta que podemos hacerlas de una manera mejor y más eficaz. Esto no quiere decir cuestionarnos constantemente, sino estar abiertos al cambio, saber cuando podemos hacer las cosas de mejor manera.
B. Formación constante: Seguir perfeccionándose es la clave de mantenerse competitivo. Esto se da en dos dimensiones, la individual (hacer de nosotros profesionales más calificados) y grupal (hacer de la organización algo que funciona mejor).
5. El liderazgo situacional, directivo y participativo
Podemos definir el liderazgo en un equipo de alto desempeño entre estas tres distinciones, siendo matizadas en distintos momentos del grupo, como para diferentes tareas:
A. Liderazgo situacional: Un equipo de alto desempeño debe saber darle lugar de líder a quien posea las competencias más adecuadas para la tarea que enfrentan, evitando así dejar todo el poder del grupo fijo en unos pocos. Un liderazgo situacional es democrático, dejando la conducción en manos de los más capaces en cada situación.
B. Liderazgo directivo: en algunos casos se vuelve positivo tener un líder de mayor experiencia, que pueda marcar las pautas donde apunta el grupo, y que generalmente posee el conocimiento de la empresa, y sabe como mantenerla. Esto es muy delicado, pues como ya mencionamos antes, lo importante de un equipo de alto desempeño, es mantenerse democráticamente, o sea, sin poderes cristalizados.
C. Liderazgo participativo: Si bien es necesario tomar el liderazgo de un grupo en determinadas situaciones, debemos estar siempre atentos de que es un equipo de trabajo, en el que la opinión de todos es válida, aporta a la resolución de los conflictos y por lo tanto debemos escucharla.